Retomando la historia… como todo el que dejó de ser vulnerable a la falacia del seductor se habrá dado cuenta, en este punto me encontré en una encrucijada: sin duda alguna me gustaba mucho, por razones que no se prestan a ser filosofadas. Sin embargo, me dolía ver el desperdicio de talento.
¿Qué hice? Tenía dos opciones: buscar un mejor camino o continuar subiendo la escalera que no iba a ningún lado… terco al fin, decidí usar dinamita.
Imagen: “Stairway to nowhere” – Roseiby Dajer