No… ella nunca leyó “¿Por qué los hombres aman a las cabronas?”, es una cabrona innata. Quizás se cansó de besar sapos y las frustraciones del pasado acentúan aún más la cabronería. De todas formas está aquí, sentada frente a mí… en silencio.
El silencio es un fenómeno interesante ¿no? En una primera cita es tu peor enemigo y en la última tu mejor aliado. No es que no sepa qué decirle, es que estoy acostumbrado a que sea al revés. Pero de eso se trata innovar, salir de tu “comfort zone”.La primera cita con una cabrona no es un juego para novatos, aunque no hay título oficial para esta área del conocimiento; no existe tal cosa como ingeniería en cabronas. Todo parte de una contradicción lógica: Si eres pendejo, te pasea; si le demuestras que eres más cabrón, se burla.
¿Qué se hace en esta situación? Necesitas un poco de suerte y toneladas de skills: suerte de haber nacido con una cara de pendejo y skills para contrarrestar eso. Esto hace que la realidad física choque con su realidad mental: Sus ojos le dicen “Me voy a pasear a este tipo”, el resto de sus sensores “Algo no anda bien”.
Para las cabronas un hombre no es más que un rompecabezas… cuando saben cómo va cada pieza se aburren. Si quieres sobrevivir en este modelo de relación, tienes que ser un rompecabezas mezclado con Jenga. Asegúrate de incluirle un reloj de arena en el paquete
De esta noche saldrá una de dos: Entretenimiento de verano ó una historia bien interesante.