El día de hoy quiero compartir con ustedes un fragmento del libro “Ventajas de ser incompetente y otros monólogos de humor”. ¿Qué mejor que darle un toque de humor a esta serie?
Tonterías que hacemos cuando nos enamoramos
¿Ustedes no creen que debería existir una baja laboral por enamoramiento? ¿Acaso no te dan la baja cuando tienes depresión o cuando tienes estrés?
Cuando te enamoras no sólo te comportas como un idiota… es que además piensas que eres especial, que las cosas que haces no las hace nadie más en el mundo. Aunque en realidad repites las mismas tonterías de todos los enamorados.
Cuando por fin te llama, te da un vuelco el corazón y te lanzas a una conversación muy profunda:
-¿Qué haces?
-Nada…
Y así, dos horas de conversación profunda… y otras dos para colgar:
-Bueno, pues cuelga.
-No, cuelga tú.
-Tú primero.
-No, tú.
-Contamos tres y colgamos los dos a la vez.
-Uno, dos y tres.
Y si cuelga ella, te quedas jodido y piensas que tú la quieres más. Y la vuelves a llamar:
-Oye, me has colgado…
-¿Pero no has dicho que contáramos hasta tres?
-Sí, pero no tan rápido.
Todo cambia cuando estás enamorado. Tu escala de valores varía radicalmente. Por ejemplo, antes el domingo se lo dedicabas al fútbol. Ahora te vas a comer con ella, y la sobremesa se prolonga. La miras, te mira, la coges de la mano… las seis de la tarde… Pero, por mucho que la quieras, eres un hombre. Y hay un momento en el que no puedes más y te levantas:
-Voy al baño, no te vayas, ¿eh?
Y en cuanto la pierdes de vista, agarras al camarero y le preguntas:
-Eh ¿cómo va el Madrid?
Y con eso te quedas, porque cuando llegas al carro no puedes poner Carrusel deportivo. No señor, estás enamorado. Hay que poner musiquita romántica. Una cinta que te has grabado especialmente para esa noche y que en un alarde de originalidad le has puesto el título de “lentas”.
Por cierto, el coche es uno de los sitios donde más se nota lo tonto que te has vuelto con esto del amor, porque por primera vez, en lugar de desear que los semáforos se pongan en verde, quieres que cambien a rojo para darle un beso: “Huy, rojo, mua”. Tampoco te importa que te toquen bocina cuando se pone verde, porque te sientes superior… le lanzas una sonrisita a tu pareja y sigues.
Cuando estás enamorado te comportas como un imbécil. Por ejemplo, si te enamoras de una chica en la biblioteca, pones en marcha inmediatamente el juego de las miraditas. Lees una línea, y la miras, pasas la página, y la miras, buscas un pañuelo, y la miras, te suenas los mocos, y la miras… y a veces, sencillamente la miras.
Enlace a la descripción del libro
Gracias a la lectora y amiga Bibo por compartir este excelente libro conmigo.