Ella arde… víctima de sus caprichos… mientras un ingenuo con espíritu de bombero fracasa una y otra vez, intentando contener llamas que no le pertenecen; ignora que cumplir sus deseos no hace más que acelerar la combustión.
Pobre Ícaro, necesitas mejor equipo para llegar al paraíso. ¿Quién tiró el fósforo?