Cupido

Cupido, el amor y…

Antes de conseguir su primer alumno, Jorge se planteó una especie de resolución de año nuevo: responder las preguntas desconcertantes de sus amigos de forma tal que aportara algo. Hasta ese momento utilizaba frecuentemente el método, perfeccionado con el pasar de los años, de responder sin comprometer su verdadero punto de vista sobre el tema en cuestión. Una mirada insinuante, una sonrisa… y alguna veces, por pura diversión, una sarta de disparates retóricamente organizados.
Un día, divagando con Lucy y su trago de whisky en el balcón de la casa del papá de Jorge, llegó una de esas preguntas recurrentes en la vida de un seductor…
Lucy: Lo que no entiendo es ¿cómo ves tú el amor? O sea ¿Crees en el amor?
El piloto automático de Jorge lo llevaba a mitad de sonrisa… estaba a punto de iniciar su plan de escape habitual con un “explícate mejor”; o “mejora tu pregunta”; o quizás el ya aburrido “es un concepto muy amplio”… pero recordó su resolución a tiempo.
-Jorge: Bien, haré mi mejor intento. Sí… creo en el amor.
-Lucy: La pregunta es ¿Cómo lo ves?
-Jorge: De mi padre aprendí que la forma más fácil de entender ese tipo de fenómenos es pensar primero en la simbología… ¿Cuál es la simbología del amor?
-Lucy: [Después de dos intentos fallidos] ¿Cupido?
-Jorge: Exacto… Cupido en la mitología romana es el equivalente a Eros en la mitología griega, dios del amor. Es representado como un niño gordo, con alas y generalmente con los ojos vendados. Ciego… sin juicio ni precisión. Para mí es exactamente eso… el amor no es una decisión.
-Lucy: [Pensó por un momento en silencio] ¿no va eso en contra de la seducción? Si es al azar entonces no hay estrategia que valga.
-Jorge: uhmmm –dice mientras enciende un cigarrillo- digamos que lo que hace el seductor es aproximar al seducido al punto donde sea más probable que le pegue la flecha. Puede que cupido tenga los ojos vendados… pero el seductor no.
La resolución lo hacía repasar en su mente todas las respuestas que daba. Esa última todavía no convencía a Jorge del todo…

Si seguimos en mitología – continuó Jorge – Venus (Afrodita en la mitología griega), en algunos mitos la madre de Cupido, al darse cuenta de que su hijo no crecía visitó el Oráculo de Temis. La respuesta fue que el amor no puede crecer sin pasión.
-Lucy: jeje… que fuerte.

-Jorge: Eso no es todo. Un tiempo después nace Anteros, también hijo de Venus; representa la pasión (vengador del amor no correspondido). Según el mito, mientras Anteros estaba junto a Cupido este último se volvía grande y hermoso; separados regresaba a su estado normal de niño. Al ver esto, Venus entendió lo que quiso decir el oráculo.

-Lucy: [Encendió un cigarrillo que llevaba varios minutos en su mano izquierda]
-Jorge: Lo que creo es que piensas en un seductor como una persona sin emociones; un seductor puede ser flechado. El problema es la estadística.

[Quizás continuará]