Deus ex machina es una locución latina que significa «el dios [que baja] de la máquina». Se origina en el teatro griego y romano, cuando una grúa (machina) o cualquier otro medio mecánico introducía desde fuera del escenario a un actor que interpretaba a una deidad (deus) para resolver una situación o dar un giro a la trama.
Actualmente se utiliza para referirse a un elemento externo que resuelve una historia sin seguir su lógica interna. Desde el punto de vista de la estructura de un guion, deus ex machina hace referencia a cualquier acontecimiento cuya causa viene impuesta por necesidades del propio guion, a fin de que mantenga lo que se espera de él desde un punto de vista del interés, de la comercialidad, de la estética o de cualquier otro factor, incurriendo en una falta de coherencia interna.